domingo, 19 de septiembre de 2010

¿ES BUENA LA CODICIA?

WALL STREET: MONEY NEVER SLEEPS


Continuando una tendencia bastante recurrente durante el presente año, nos encontramos ante el retorno de un clásico que en esta ocasión no permitirá comparaciones como con otras producciones y personajes que vuelven de la mano con nuevas tendencias y tecnologías.

Justamente en 1987 debutaban las temibles criaturas de Predator, Freddy Krueger continuaba derramando sangre en A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors, el detective Axel Foley emprendía su segunda aventura cinematográfica en Beverly Hills Cop II y reinaba en taquilla la película familiar Three Men and a Baby, estas dos últimas con entregas en fase de preproducción y estrenos previstos para el 2012.

En el caso de Wall Street podremos notar que la codicia sigue presente y más fuerte que nunca, pero hay otra buena cantidad de aspectos que han cambiado debido al paso del tiempo, siendo este contraste parte del atractivo visual de esta esperada secuela.

Para muestra, conozcamos dos de las tecnologías que aún empezaban su desarrollo durante esos años y que ahora son parte del diario vivir de millones de personas alrededor del mundo: El teléfono celular y la computadora personal.

Y ya que hurganos un poco en la historia, entremos en materia...


WALL STREET


Escrita por Oliver Stone y Stanley Weiser, apareció en Diciembre de 1987 la interesante cinta Wall Street, una marcada crítica a los excesos del capitalismo protagonizada por Michael Douglas, Charlie Sheen, Daryl Hannah y Martin Sheen que se estrenó a tan solo dos meses del llamado Lunes Negro (Black Monday), evento que representó la caída de los mercados de valores de todo el mundo iniciada en Hong Kong y esparcida como pólvora a Europa y los Estados Unidos, representando pérdidas millonarias para los inversionistas. En esa significativa propuesta destacó, además de la aparición del legendario Terence Stamp, la interacción de los Sheen como padre e hijo dentro de la pantalla, la aparición de Sean Stone (hijo del director) como Rudy Gekko y la musicalización a cargo del baterista de The Police, Stewart Copeland, la perfecta encarnación que Douglas hace de un personaje extremadamente codicioso cuya frase, que desnuda el trasfondo mismo del sistema en que vivimos, aún resuena en la memoria de muchos: "El punto es señoras y señores que la codicia, por falta de una palabra mejor, es buena (The point is ladies and gentlemen that greed, for lack of a better word, is good)."

Publicitada con la frase "Cada Sueño Tiene un Precio", Wall Street dio a conocer la historia de Bud Fox (Charlie Sheen), un corredor de bolsa quien en su afán por llegar a la cima se involucra con el gigante del medio, Gordon Gekko (Michael Douglas), cuyos principios e ideales difieren diametralmente de los que defiende Carl (Martin Sheen), padre de Bud, quien trabaja en una aerolínea al borde del colapso.

En su afán por ganar un espacio junto a Gekko, Bud le confía ciera información que redundará en beneficios para ambos luego de lo cual, obtendrá su confianza y empezará gradualmente a seguir un juego con consecuencias inesperadas.

Bud inicia su ascenso en el medio, compra un lujoso apartamento y se hace acompañar por Darien (Daryl Hannah), una atractiva decoradora de interiores a quien conoció en una recepción realizada por Gekko, asimismo, elabora un atractivo plan para rescatar la aerolínea con la supuesta ayuda de su mentor quien al final aprovecha la aún evidente ingenuidad de éste para su propio beneficio, algo que llevará a este joven a aliarse con Sir Lawrence Wildman (Terence Stamp), acérrimo adversario de Gekko, para salvar el empleo de su padre y de la demás gente de la aerolínea.

Al final, la bonanza de Bud llega a desvanecerse luego de que las inversiones realizadas a nombre de Gekko llaman la atención de la SEC (Securities and Exchange Commission, por sus siglas en inglés), quienes luego de detenerlo llegan a un acuerdo que les permitirá hacérse del "pez gordo" en un dramático y sorprendente final.


WALL STREET: MONEY NEVER SLEEPS


Han pasado casi 23 años desde el estreno de Wall Street y su recaudación cercana a los US$ 44 Millones solo en los Estados Unidos (Puesto 26 de su año) y curiosamente, coincidiendo con la llamada Reforma de Wall Street (Wall Street Reform) promulgada por el presidente estadounidense Barack Obama, encontramos la primera secuela dirigida por Oliver Stone en la que veremos de vuelta a Gordon Gekko (Michael Douglas) en un mundo donde se grita a los cuatro vientos y se hace tan evidente la frase que tiempo atrás escandalizaba a todos. Es así como este polémico personaje acomoda la frase magistralmente diciendo «Alguien me recordó que una vez dijo "La codicia es buena". Ahora parece que es legal. Porque todo el mundo está bebiendo el mismo Kool Aid.» Es así como, gracias a la globalización, no será solo Estados Unidos el único país donde se exhibirá esta cinta, teniendo esta semana la magnífica posibilidad de disfrutarla en Guatemala.

Resulta particularmente interesante que también podremos ver a Charlie Sheen (con una aparición como Bud Fox)en esta nueva entrega, en la que también aparecen Josh Brolin, Susan Sarandon, Carey Mulligan y Shia LaBeouf, quien por segundo año consecutivo encabeza la lista "Bang of the Buck" de la revista Forbes de actores de Hollywood con mayor retorno por inversión generando un estimado de U$81 por cada U$1 que se le paga.

El guión resulta igual de atractivo que lo anterior. Gordon Gekko sale de prisión luego de cumplir su condena por los delitos de fraude de valores, lavado de dinero y crimen organizado. Mientras está recluido, las cosas cambian radicalmente en el medio, su hijo (el pequeño que aparece en la primera película) comete suicidio y su hija, quien se distancia de él pues lo culpa de esta muerte, mantiene una relación con Jake Moore (Shia LaBeouf), brillante agente inmobiliario que en un momento clave asiste a una conferencia de Gordon en la que promueve su libro "¿Es buena la Codicia?".

Es así como los caminos de Moore y Gekko se entremezclan, cuando la empresa forjada por el mentor del primero se ve obligado, por una presunta deuda billonaria, a vender su empresa por una fracción de su valor al despiadado magnate Bretton James (Josh Brolin) y ve al antiguo gigante de Wall Street como la pieza fundamental para salir de la crisis. Gekko, supuestamente un hombre nuevo después del encierro, tendrá no solo la oportunidad de demostrarlo, sino de reconciliarse con su hija Winnie (Carey Mulligan). ¿Será posible que se den ambas cosas?





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